Derecho del Trabajo y maternidad

Claudio Palavecino 25 Mar 200925/03/09 a las 13:27 hrs.2009-03-25 13:27:25

El 12 de febrero de 2007 se publicó en el Diario Oficial la Ley 20.166 que extiende el derecho a permiso para alimentar a sus hijos a todas las madres trabajadoras.
El cambio legal, que tardó más de una década en aprobarse por el Congreso, se hizo necesario porque la Dirección del Trabajo interpretó en su momento que sólo había derecho a este permiso si la madre trabajaba en una empresa que estaba obligada a mantener sala cuna.
De acuerdo al nuevo artículo 206 del Código del Trabajo, introducido por esta ley, las trabajadoras tendrán derecho a disponer, a lo menos, de una hora al día, para dar alimento a sus hijos menores de dos años. El tiempo utilizado se considerará como trabajado para todos los efectos legales. Por tanto, se computa dentro de la jornada diaria y es remunerado. Además es un derecho irrenunciable.
La nueva norma señala que este derecho podrá ser ejercido preferentemente en la sala cuna, pero también en el lugar en que se encuentre el menor. Por consiguiente, la ley deja claro que será aplicable a toda trabajadora que tenga hijos menores de dos años, aun cuando no goce del derecho a sala cuna.
Las madres trabajadoras podrán acordar con su empleador la forma en que ejercerán este derecho. La ley ofrece tres modalidades:
1ª) En cualquier momento dentro de la jornada de trabajo;
2ª) Dividiéndolo, a solicitud de la interesada en dos porciones;
3ª) Postergando o adelantando en media hora, o en una hora, el inicio o el término de la jornada de trabajo.
En caso que la madre trabajadora preste servicios en una empresa que está obligada a mantener sala cuna, vale decir, en empresas que ocupan veinte o más trabajadoras, el permiso de una hora se ampliará por el tiempo necesario para el viaje de ida y vuelta de la madre para dar alimentos a sus hijos. En este caso, el empleador pagará el valor de los pasajes por el transporte que deba emplearse para ida y regreso de la madre.
Como reflexión final sería conveniente preguntarse si este tipo de normas protectoras favorece realmente a la mujer trabajadora como afirma la propaganda del gobierno. Es ciertamente loable que el Estado promueva el bienestar de la infancia, adoptando medidas tendientes a conciliar la vida laboral con la vida familiar. Es criticable, en cambio, que traslade los costos económicos de tales medidas a las empresas, en lugar de asumirlos directamente, por ejemplo, subsidiando prestaciones como la que hoy comentamos. Como decía un gran profesor de Derecho administrativo, el Estado debe ciertamente velar por el bien común, pero no a costa del bien individual. Por lo demás, al desentenderse el Estado de los costos y transferirlos al sector privado encarece la mano de obra femenina y genera un desincentivo a la contratación.
Finalmente, la circunstancia que se otorgue este permiso exclusivamente a la madre trabajadora, no sólo perjudica sus posibilidades de empleo, sino que conspira contra un reparto equitativo de las obligaciones familiares entre hombres y mujeres, reforzando el prejuicio cultural de que sólo a la mujer corresponde el cuidado de los hijos.
Última Modificación 25 Mar 200925/03/09 a las 13:31 hrs.2009-03-25 13:31:25
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Comentarios
  • Javiera González M.

    16 Abr 200916/04/09 a las 22:46 hrs.2009-04-16 22:46:16

    Profesor,

    Me gustaria plantear que antes de todas las críticas que ha hecho usted y mis compañeros, es un hecho que más alla de ellas, los avances en torno al papel de la mujer en la vida laboral ha sufrido importantes giros. Hoy en día existen medidas que apuntan a que su desempeño profesional sea al menos, un poco mas compatible, con su labor de madre, la que es inseparable de nosotras mismas.

    Lo preocupante, como usted lo plantea, es la forma en que el Estado se hace cargo de este avance. En cuanto a lo que usted plantea respecto a si este tipo de medidas favorece o no a las mujeres trabajadoras, creo que lo hacen de cierta forma y a corto plazo. Ira en beneficio de aquellas que ya se encuentran con un trabajo, sin embargo dejara de lado a las potenciales madres que veran mermadas sus posibilidades de entrar al mundo laboral por "la disminución de utilidades" que esto puede traer para los empresarios. Es un hecho que cada cual quiere conseguir el mayor beneficio con la actividad que realice, asi incluso el mismo Estado busca de cierta forma desligarse de esta especie de responsabilidad entregandola a quien parece ser la autoridad mas cercana a la mujer trabajadora.

    A largo plazo, claramente esta situación acrecenta la ya presente distancia en cuanto a genero en la relacion laboral. Esta intencion del legislador ciertamente importa una disminucion de utilidades para el empresario, en cuanto a horas trabajadas efectivas y en cuanto a responsabilidad, y eso nunca sera adecuado para el. Asi, a la hora de contratar, sera incluso mas efectivo preferir a un hombre que a una mujer aun teniendo ambos las mismas capacidades.

  • Antonio Maldonado Barra

    14 Abr 200914/04/09 a las 19:30 hrs.2009-04-14 19:30:14

    Profesor:
    Concuerdo mucho con usted en este aspecto, aunque no debemos olvidar el génesis de este problema. Tiempos en que la mujer no podía desenvolverse profesionalmente debido a la carga de sus hijos, de hecho como bien sabemos el aumento progresivo de estudiantado femenino superior se produjo no antes de la generación de nuestros padres, por lo que la mujer, ya fuere con ánimos igualitaristas o por necesidad familiar, optó por dejar de lado el rol familiar característico no extinguiéndolo si no más bien intentando un equilibrio entre una carga y otra. La intención del legislador es cumplir con una obligación de interés público como es el del bienestar familiar (núcleo de nuestra sociedad), ayudando a la mujer a cumplir con sus satisfacciones laborales y familiares, respecto de una tarea que el padre no puede ejercer (además de estar ausente en gran parte de los casos), para así también evitar que la mujer prescinda totalmente de su rol maternal en la familia por sus necesidades laborales, como ha estado ocurriendo en Chile y ocurre hace bastante tiempo en otros paíse.
    Aun así, estando totalmente de acuerdo con la intención del legislador, no concuerdo con el método con el que se ha estado llevando a cabo, principalmente por el hecho de que quien asume la carga de la medida es la empresa, por lo mismo que usted dice por un lado, que significará un mayor costo el dar trabajo a las mujeres, y por otro porque se trata de una medida de interés gubernamental y estatal, donde quien debe asumir la carga es lógicamente el estado. Por ende lo que hay que hacer es replantear esta medida y establecer un método de concordancia entre el interés productivo de la empresa y la ganancia moral de una sociedad con mejor crianza de los hijos.

  • Claudio Palavecino

    13 Abr 200913/04/09 a las 00:08 hrs.2009-04-13 00:08:13

    Estimada Gabriela:
    No hay que olvidar que la así llamada "mentalidad patriarcal" y el "paternalismo colectivizante" van casi siempre de la mano.
    Atte.
    CP

  • Gabriela Loyola Almuna

    12 Abr 200912/04/09 a las 15:01 hrs.2009-04-12 15:01:12

    Concuerdo con las opiniones anteriores de mis compañeros y es que al final esta buena intención se transforma en un arma de doble filo ya que desincentiva la contratación femenina y por otra parte refuerza la conducta machista presente en nuestra sociedad no sólo en el alcance que hacía el profesor respecto a quién tiene el cuidado de los hijos, sino que también respecto a quién termina siendo finalmente el sustento económico de la familia, es un hecho que en gran parte de la realidad nacional el ingreso de uno solo de los cónyuges es insuficiente para llevar el hogar, por tanto, está regulación social en vez de orientarse a favor de la familia, resulta ser un remedio que socava su misma mantención.

    Creo que en el Derecho Laboral se están introduciendo materias propias del ámbito civil, lo cual es peligroso se han visto tales peligros en otros casos como en el tema de indemnización por accidente laboral entre otros. Tal problema, como se ha discutido en clases, es fruto nuevamente del legislador paternalista que al proteger para quien a sus ojos es el más débil termina haciéndole al beneficiario “un flaco favor”

  • Claudio Palavecino

    6 Abr 200906/04/09 a las 21:10 hrs.2009-04-06 21:10:06

    Estimado Francisco: lo cuestionable, a mi modo de ver , es que el Estado, haga labor promocional imponiendo más y más cargas a los privados, si para eso precisamente percibe los impuestos.

  • Francisco Bilbao B.

    6 Abr 200906/04/09 a las 20:43 hrs.2009-04-06 20:43:06

    La verdad es que a mi parecer a veces el problema no es de las normas o de las buenas intenciones, sino de las personas. El hecho de que Chile sea un país machista no es culpa del Estado, sino, de sus habitantes, y ciertamente se pueden hacer buenas leyes, y además junto con ellas, tener buenas intenciones. podríamos tener la ley más justa acerca de salas cunas, o la regulación de alimentación más razonable (aun que no entiendo como podría ésto no parecer razonable), pero no es el Estado quien va a contratar a las madres con hijos, sino los empresarios. Pero ¿qué vamos a hacer? sancionar a los empresarios por no contratar a un cierto número de mujeres en la empresa (como se obligó en Estados Unidos contratar a una cierta cantidad de negros en las empresas para evitar suposiciones de discriminación) no parece una solución viable. Recordemos que así como hemos criticado que hay menos libertad de contratación, también deberíamos saber, que en estos casos esto es lo que prima.
    (Concuerdo en que la responsabilidad en la crianza es del padre también y que debería regularse más minuciosamente este facto).
    No tengo claridad en que realmente si se extendiera la legislación a la crianza más equitativa entre el hombre y la mujer, la situación cambie...aun quedan visiones patriarcales, y de la mano de ellas, necesidades de alimentar a una familia. Pero podría pensarse como solución, al menos si no ayuda para la crianza de los niños, ayudará para que haya igualdad en las labores de la madre y el padre.

  • Claudio Palavecino

    6 Abr 200906/04/09 a las 01:34 hrs.2009-04-06 01:34:06

    Estimadas Rayén y Jennifer: coincido con ustedes, las buenas intenciones no garantizan buenas leyes.

  • Jennifer Flores M.

    5 Abr 200905/04/09 a las 16:34 hrs.2009-04-05 16:34:05

    Estimados:
    La conocida frase “La intención es lo que importa”, se podría aplicar en cierto sentido a este caso y en general a la legislación chilena respecto de las mujeres, como madres trabajadoras; digo en “cierto sentido”, ya que si bien la intención del Estado o del legislador, es brindarle una ayuda a la mujer en su rol de madre y facilitarle los medios para que pueda cumplir ambas funciones; sin embargo, estas leyes sólo nos dejan “ la buena intención”, por que finalmente el efecto que produce es que el trabajo de la mujer se encarezca limitando aún más sus posibilidades de contratación, generándose el efecto perverso de la norma protectora, como bien señala el profesor. Desde ésta perspectiva la intención no es lo único que importa, sino que el resultado final y la eficacia de este.
    Por tanto, si bien es bueno que el Estado se preocupe de estas situaciones, las intervenciones que él realice no deben ser a medias, como ha ocurrido en especial en este tema, ya que de éste modo jamás conseguirá los fines perseguidos. Por otro lado creo que la forma de conseguir dichos fines es que el Estado aplique los mecanismos adecuados, partiendo por la base de asumir los costos provenientes de sus decisiones, en este caso haciéndose cargo de los gastos que le ha transferido a la empresa, en conjunto con el desprendimiento de todo prejuicio respecto al rol que cumple la mujer en la sociedad; Porque hay que reconocer que generalmente olvidamos que los hijos son de dos, es decir la responsabilidad de cuidarlos y educarlos no es solamente de la madre, sino que del padre también.
    Este olvido no es casual, sino que viene acompañado por una mentalidad “patriarcal”, aun muy arraigada en chile y éste tipo de legislaciones, nos siguen imponiendo una y otra vez el rol que “debe” cumplir la mujer en la sociedad, rol por supuesto impuesto hace varios siglos atrás y que aun como sociedad no somos capaces de exterminar. Por ello la solución a estas problemáticas, no solamente radica en una intervención o legislación eficaz, sino también en un cambio de mentalidad; En hacer del cuidado de los hijos una tarea más paritaria y equitativa, que estos “beneficios” no sean exclusivos de la madre, por ejemplo hacer extensivo el post natal al padre, que éste también tenga derecho a alimentar a sus hijos, que también tenga derecho a sala cuna, etc.

    Hoy en día vivimos en una sociedad en donde tanto el hombre como la mujer tienen las posibilidades para desarrollarse intelectualmente como laboralmente, no dejemos que medidas como estas nos sigan imponiendo un rol, el cual hace mucho tiempo dejo de ser exclusivo de un género.

  • Rayen Campusano B.

    5 Abr 200905/04/09 a las 12:36 hrs.2009-04-05 12:36:05

    Profesor:
    Creo que la mujer es discriminada al momento de encontrar trabajo, ya sea porque prefieren contratar a un hombre antes que a una mujer o porque su sueldo siempre será más bajo. Esta claro que el hecho que una mujer quede embarazada acrecienta los costos de la empresa que la contrató, pues mientras dure el pre-post natal deberán contratar a otra persona para su reemplazo. Sin embargo creo que la medida adoptada por el Estado fue para intentar proteger a la mujer en su derecho a poder alimentar a su hijo pequeño. Muchas mujeres por miedo a perder su trabajo tienen que dejar a sus hijos en salas cunas y jardines infantiles sin poder aprovechar los primeros años del crecimiento de sus hijos ni su desarrollo durante toda la jornada laboral que puede extenderse desde las 8:00 hasta las 17.00. Hay estudios que comprueban que la leche materna produce grandes beneficios además de ser sólo alimento. Creo que ese fue el motivo del Estado para la ley, sin embargo no se pensó que esta idea tendría también un efecto negativo que perjudica sus posibilidades de empleo. Si bien la motivación es buena, no se fijaron en el otro punto de vista. El problema es un sin acabar, ya que la mujer siempre tendrá hijos.
    Pensemos en un caso exagerado: una gran cantidad de mujeres dejan de tener hijos ya que los perjuicios en su actividad laboral son tan grandes que las desmotivan, ellas prefieren crecer laboralmente.
    ¿Qué se produciría en la sociedad a largo plazo, si ya sabemos que la población se está volviendo cada vez mas vieja?, esto produciría una contracción en la economía por la menos cantidad de consumidores de bienes y servicios produciendo una gran perdida para las empresas, y quien sabe que otros problemas más.
    La dificultad no es sólo del Estado sino de toda la sociedad, de cómo vemos a las mujeres y qué es lo que pueden entregar.

  • Claudio Palavecino

    5 Abr 200905/04/09 a las 11:47 hrs.2009-04-05 11:47:05

    Estimado Francisco:
    Sólo respondiste la pregunta a medias. Resutaría interesante investigar en qué casos sí la intervención Estatal consigue su propósito y a qué costo. El análisis económico del Derecho arroja muchas luces sobre esta interrogrante.
    Tu último comentario me recordó una fábula de Italo Svevo. Es corta, por lo que la transcribo:
    "La puertecita de la jaula había quedado abierta. El pajarito se plantó, con un ligero estremecimiento, en la entrada y desde allí miró el vasto mundo primero con un ojo y después con el otro. Por su cuerpecito pasó el estremecimiento del deseo de los espacios vastos para los cuales estaban hechas sus alas, pero después pensó: "Si salgo, podrían cerrar la jaula y yo quedaría preso fuera". El animalito volvió a entrar y poco después vio, con satisfacción, cerrarse la puertecita que sellaba su libertad."
    Saludo cordiales (tienes tu décima).
    CP

  • Francisco Rocca

    5 Abr 200905/04/09 a las 10:56 hrs.2009-04-05 10:56:05

    Ante la pregunta de si la intervención logra alguna vez los fines perseguidos, podemos decir que, al menos en este caso no. Es otro ejemplo más de como el poco cuidado que se tiene al legislar termina afectando más aun a quien debe ser protegido. Porque es obvio que, si esta norma termina siendo poco rentable para el empleador, este simplemente dejará de contratar mujeres fertiles.
    Es lo muy comunmente sucede con la legislación laboral. Al intentar proteger al empleado, se grava al empleador (que dicho sea de paso, se presume culpable de abusos, puesto que la defensa del trabajador pareciera ser una multa al empleador), logrando únicamente que el empleador busque, en su afán de lucro, modos menos humanos de evitar costes extras de contratación. Así, hemos llegado a crear la figura del autodespido por abusos del empleador, al prohibirle a este último la posibilidad de despido en ciertas situaciones.
    Y no intento decir que deba darse total libertad al empleador (dios no lo permita) si no que, históricamente, la legislación laboral tiene, curiosamente, el efecto contrario al buscado.
    Saludos

  • Claudio Palavecino

    3 Abr 200903/04/09 a las 18:34 hrs.2009-04-03 18:34:03

    Estimada Victoria, aunque suene crudo decirlo así, las llamas leyes de protección de la maternidad instrumentalizan a la mujer, en cuanto receptora "del que está por nacer" y luego cuidadora "del recién nacido". No se la protege a ella, en cuanto persona, sino su función incubadora y amamantadora de la prole.
    Por cierto, los tres han ganado su décima.
    Atte.
    CP

  • Victoria Cornejo M.

    3 Abr 200903/04/09 a las 18:24 hrs.2009-04-03 18:24:03

    Pienso que la mano de obra femenina está desvaloriza y esta ley hace que esto se incremente, es decir, para una empresa ya es costoso contratar a una mujer pese a que ella pudiese estar mucho mas calificada que su colega hombre para realizar una profesión u oficio, por el hecho de que existe la posibilidad de que algún dia esta mujer sea madre y la empresa deba incurrir en pagar reemplazos del puesto de trabajo de ella, por conceptos como el prenatal, postnatal y las licencias médicas que pueda presentar por las enfermedades de su hijo. Por lo tanto creo que el beneficio a la mujer no existe, mas bien es un perjuicio porque el empleador verá incrementados sus costos por contratarla, por lo cual preferirá emplear a un hombre en su lugar, que representa menos gasto, lo que genera una latente discriminación.
    Es loable como dijo el profesor, que el Estado busque unir a la familia pero creo que va en detrimento de la igualdad de género, ya que dicho permiso deberia beneficiar tambien al padre, es decir, que este pudiese acudir a alimentar a su hijo cuando el niño ya no consuma leche materna y asi hacer mas liviana la labor de la mujer y menos costosa para el empleador.
    En conclusion, considero que el Estado debe buscar el bien común en la medida que beneficie a todos y no produzca discriminaciones de género, por lo cual no cumple con su finalidad porque pese a que la medida puede traer beneficios a las madres, ya que es importante tambien el desarrollo del niño, esta mediada puede llevar a que la mujer no pueda desarrollarse plenamente como profesional, por el simple hecho de ser madre y de significar un costo mayor a la empresa, lo que es injusto para ella por sus capacidades como trabajadora no se miden por el hecho de ser mujer y madre sino por ser competente e idonea en su cargo.

  • Claudio Palavecino

    3 Abr 200903/04/09 a las 13:01 hrs.2009-04-03 13:01:03

    Estimados María inés y César: Creo que coincidimos en que si el Estado quiere intervenir las relaciones laborales con fines promocionales debe hacerlo con sumo ciudado, para que no se produzca el efecto perverso de la norma protectora, vale decir generar un efecto justamente contrario a la ratio legis de la norma promocional. La pregunta que queda pendiente de responder es si la intervención Estatal consigue alguna vez los fines perseguidos...

  • César Calfiao L.

    3 Abr 200903/04/09 a las 01:39 hrs.2009-04-03 01:39:03

    Estimados:
    Creo que el texto presenta varios temas que a mi parecer son suceptibles a lo menos a una critica: Lo primero es que al parecer, el estado considera que una empresa de al menos veinte trabajadores podria sostener los costos de una sala cuna sin ver una reduccion poco atractiva en sus ingresos por un tema que el empleador considerara ajeno a la empresa. Para mi el gran perdedor no es la gran empresa sino mas bien las PYMES, y lo suceptible a critica es primero el criterio de los 20 empledos minimo para pagar este beneficio, ante esto, la CORFO reestructuro (dado que lo han cambiado varios años desde el 93) lo que el Estado considera PYME y gran empresa bajo el siguiente parametro:

    Microempresa: desde 0 a 2400 UF
    Pequeña Empresa: desde +2400 hasta 25.000
    Mediana Empresa: desde +25.000 hasta 100.000
    Gran Empresa: Mas de 100.000

    En base a estos parametros creo que primero podriamos intentar subir el criterio para adoptar estas medidas, y que el Estado se encarge de todas las personas que trabajen en empresas que no alcanzen a cumplir este criterio pagando este los costos que se requieran. Asi le entregramos una mayor carga al Estado (pero que no es una ENORME carga) y una menor carga al empresario que no puede mantener estos requerimientos sin ver afectado la contratacion femenina, y a su vez, al gran empresario que si podria recaer en estos costos se le mantiene la ley como esta.
    A todo esto ¿se podria crear una especie de subsidio para fomentar el contrato de mujeres en areas dominadas por hombres no por actitudes fisicas sino por razones digamos "tradicionales"? se que a lo menos raro, pero tambien lo es que se les page menos sueldo por el mismo trabajo de un hombre. incluso siendo mejores empleadas. Bueno eso lo dejare en el aire.

    SALUDOS!!
    César Calfiao

  • Inés Álvarez

    2 Abr 200902/04/09 a las 20:44 hrs.2009-04-02 20:44:02

    Lo más preocupante en éste caso resulta del hecho encarecer la mano de obra femenina, disminuir la contratación de mujeres en edad fértil o las remuneraciones comparativamente menores que la de los hombres. Antes de iniciar una política pública concentrada en el subsidio debiese existir una destinada al fomento en la contratación, de lo contrario un subsidio a quienes trabajan se hace inutil si las receptoras de dichos beneficios se encuentran cesante o con problemas para encontrar un puesto laboral.

    La discriminación hacia el reparto equitativo no es más que una de las tantas prácticas que se producen a diario en Chile y que recien hace pocos años el legislador "entendió" su real alcance. Un ejemplo de esto fue el plan de salud "sin útero" que recién el 1 de Septiembre del 2004 dejó de estar en la lista de contratos y modalidades que ofrece el sector, pareciese ser que la medida se dirigía a adelantarse al plan auge que por ese tiempo comenzaba a estar en boga antes de su implementación. Sin perjuicio de lo anterior, los planes de salud para las afiliadas en edad fértil sufrieron el ajuste por riesgo o en palabras simples, aumentó el costo y gran solución no fue.