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INFECTOLOGIA INTRAHOSPITALARIA Exposición laboral a sangre y fluidos corporales.
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| n | % | |
| Punción | 1020, | 78,4 |
| Aguja hueca | 830 | |
| Aguja maciza | 170 | |
| Pipeta de vidrio | 1 | |
| Otro | 1 | |
| Corte | 220 | 16,9 |
| Material de vidrio | 7 | |
| Aguja | 4 | |
| Lanceta | 4 | |
| Bisturí | 2 | |
| Dermátomo | 2 | |
| Máquina de rasurar | 2 | |
| Otro | 1 | |
| Derrame | 6 | 4,6 |
| Mucosa o conjuntiva | 5 | |
| Piel lesionada | 1 | |
| Total | 13000 | 100,00 |
Del total, 102 exposiciones (78,4%) correspondieron a punciones con diversos objetos, de los cuales los más frecuentes (81,3%) fueron aguja hueca y en proporción inferior, aguja maciza (16,6%)
Veintidós exposiciones (16,9%) fueron cortes por diversos materiales, destacando como más frecuente el vidrio.
Finalmente, 6 casos (4,6%) correspondieron a derrames, de los cuales 5 fueron sobre mucosas o conjuntiva y 1 sobre piel.
La distribución según profesión o estamento muestra que la mayor cantidad de exposiciones se registró en el grupo de técnicos paramédicos, seguido por enfermeras universitarias, auxiliares de servicio y médicos, existiendo 5 casos (3,8%) en alumnos universitarios y 4 (3,0%) en alumnos técnicos (Tabla 2).
Tabla 2. Distribución de exposiciones laborales por profesión o estamento
| n | % | Dotación | Tasa x 100
años/persona | |
| Enfermeras universitarias | 24 | 18,40 | 44 | 6,81 |
| Auxiliares | 21 | 16,10 | 88 | 2,98 |
| Técnicos paramédicos | 56 | 43,00 | 2540 | 2,75 |
| Tecnólogos médicos | 03 | 2,3 | 14 | 2,67 |
| Médicos | 16 | 12,30 | 1730 | 1,15 |
| Administrativos | 01 | 0,7 | 89 | 0,14 |
| Internos medicina | 01 | 0,7 | ||
| Alumnos enfermería | 04 | 3,0 | ||
| Alumnos técnicos | 04 | 3,0 | ||
| Total | 1300 | 100,00, |
Sin embargo, dada la desigual existencia de funcionarios en los diversos grupos, nos ha parecido conveniente determinar el riesgo de exposición de acuerdo a la dotación en cada estamento. De esta manera, el grupo más expuesto fue el de las enfermeras universitarias, con una tasa de 6,8 por 100 años/persona, seguida por auxiliares de servicio (2,9), técnicos paramédicos (2,7) y tecnólogos médicos (2,6) (Tabla 2).
Según el lugar de trabajo, los servicios más afectados fueron aquellos en que se realiza la mayor cantidad de procedimientos con pacientes, existiendo un aparente menor riesgo en las unidades de apoyo en que se manipulan los fluidos o instrumental contaminado (Tabla 3).
Tabla 3. Distribución de exposiciones laborales según servicio o unidad de trabajo
| n | % | |
| Pediatría | 38 | 29,2 |
| Servicios quirúrgicos | 21 | 16,1 |
| Unidad de Cuidados Intensivos | 19 | 14,6 |
| Unidad de Emergencia | 19 | 14,6 |
| Pabellones y Recuperación | 11 | 28,4 |
| Laboratorio | 26 | 24,6 |
| Banco de Sangre | 26 | 24,6 |
| Consultorio externo de especialidades | 24 | 23,0 |
| Anatomía Patológica | 22 | 21,5 |
| Esterilización | 22 | 21,5 |
| Otros | 22 | 21,5 |
| Total | 1302 | 100,02 |
Al estudiar las circunstancias del accidente, consignadas en 105 notificaciones, 50,4% de las exposiciones se produjeron durante la realización de un procedimiento, y en este grupo, en 24,5% de los casos el afectado fue el ayudante. En 28,5% de los casos (n: 30), la exposición se produjo por mala disposición del material cortopunzante contaminado, afectando en esas condiciones a personal ajeno al procedimiento o a la manipulación de dicho material. El grupo menos afectado fue el que manipula el material usado, pero en 8 casos hubo evidencias de inadecuada manipulación de éste (Tabla 4).
Tabla 4. Circunstancias de la exposición laboral
| n | % | |
| Durante procedimiento con paciente | 53 | 50,4 |
| Operador | 43 | |
| Ayudante | 13 | |
| Material mal desechado | 30 | 28,5 |
| Manipulando material contaminado | 22 | 20,9 |
| En forma adecuada | 14 | |
| En forma inadecuada | 28 | |
| Total | 1052 | 100,0 |
En 52 casos se investigó el uso de barreras de protección al momento de la exposición, tales como guantes, gafas, mascarilla o pecheras, según el procedimiento involucrado. En 30 (57,7%) de los casos no se usaron, lo que se correlaciona con el hecho de que una proporción importante de los accidentes se produjo en personas ajenas al procedimiento o al manipular material contaminado.
Las exposiciones notificadas correspondieron en 78,8% de los casos (n: 96) a un paciente fuente identificado, de los cuales 5 eran portadores conocidos de VIH, ignorándose la situación serológica en el momento de la exposición en los otros 91, los cuales resultaron posteriormente negativos tanto para VIH como para VHB.
En 2 de los 5 casos de exposición a sangre de paciente portador de VIH se realizó profilaxis con terapia antiretroviral y en 3 sólo seguimiento serológico, por haber ocurrido en un período previo a la instauración del actual esquema de manejo de exposición a VIH.
No hubo seroconversión en ningún funcionario, al cabo de un año de seguimiento.
DISCUSION
El personal de salud constituye un grupo de características particulares respecto al riesgo de adquirir infecciones, pues a causa de su trabajo puede exponerse a sangre y/o fluidos corporales potencialmente infectados, lo que se suma al riesgo común a toda la población1,2,11.
El riesgo de adquirir infecciones por la vía de la exposición a sangre y fluidos corporales depende de la prevalencia de estos patógenos en la población de pacientes que se atienden, de la contagiosidad de los agentes involucrados y de las medidas de protección empleadas1,3-5.
La prevalencia de estos patógenos es diferente en los distintos países y es variable también en los distintos centros de acuerdo a la patología que en ellos se atiende, reconociéndose como unidades de mayor riesgo a los servicios de diálisis3,4,6,8.
En el banco de sangre de nuestro hospital, en un período de 2 años, se registran en 4.200 donantes de sangre con tasas de prevalencia de 0,16, 0,09 y 0,19% para VIH, VHB y VHC respectivamente, lo que constituye una aproximación a la realidad del Servicio de Salud Metropolitano Sur17.
En nuestra experiencia, el único patógeno que se pesquisó en los pacientes fuente fue VIH, correspondiendo todos los casos a pacientes ya conocidos respecto a la portación del patógeno; es probable una distorsión de la realidad por una mayor notificación de las exposiciones a sangre proveniente de estos pacientes, por el temor a adquirir una infección de curso casi irremediablemente fatal7.
El riesgo de transmisión de los diferentes microorganismos ha sido estudiado y existe un relativo consenso en considerar que para hepatitis B éste fluctúa entre 6 y 30%, para hepatitis C es 1,8% y para VIH 0,3%3,4,8,11. En nuestra revisión no hubo seroconversión para los patógenos estudiados.
Las exposiciones que el personal experimenta durante su actividad laboral afectan a los diferentes estamentos y la tasa de accidentes varía en la diversas publicaciones, probablemente por la diferente asignación de funciones entre los centros que han comunicado su experiencia, pero en general concuerdan en que el grupo más expuesto es el de las enfermeras11-14, lo que también observamos en nuestro hospital. Sin embargo, considerando que probablemente las enfermeras son las que mayormente realizan actividades de riesgo, es posible que esta tasa de accidentes varíe si se estudia el número de procedimientos que realiza cada uno de los grupos expuestos. En nuestra experiencia el segundo grupo de mayor riesgo de exposición a patógenos es el personal de aseo (auxiliares), hecho también comunicado en la literatura12.
Otra observación destacable en nuestra revisión es la de 9 estudiantes expuestos (6,9%), situación que también se destaca en la literatura12,15 y que tiene implicancias agregadas, pues existe un riesgo de subnotificación condicionado por factores como desconocimiento de las normas de vigilancia o temor a sanciones y por otra parte, la poca claridad de las leyes laborales acerca de su protección. Es necesario hacer énfasis en la educación y capacitación tanto en la vigilancia y manejo de las exposiciones, como en las medidas de protección y prevención de las exposiciones laborales a sangre y fluidos corporales.
El tipo de exposición más frecuente, en nuestra experiencia es la punción con aguja hueca, hecho que también se describe en la literatura3,11,14,16 y que se considera de mayor riesgo para la transmisión de infecciones, por la posibilidad de inocular mayores cantidades de sangre o fluidos.
Los cortes ocupan el segundo lugar y el material más frecuentemente involucrado es el de vidrio, lo que hace necesario su reemplazo total por otro de menor riesgo.
Finalmente, las exposiciones menos frecuentes son los derrames de sangre en mucosas o piel, que en general se consideran de menor riesgo en la transmisión de patógenos9.
En nuestra experiencia existe un número importante de exposiciones originadas en el no cumplimiento de las precauciones estándares y que generalmente afectan a personal ajeno al procedimiento y por lo tanto desprotegido frente al hecho18,19.
Esto pone en evidencia la importancia de llevar a cabo una educación permanente de los funcionarios de salud sobre la importancia de adherirse estrictamente al cumplimiento de las precauciones en el manejo de sangre y fluidos de riesgo, estimular la notificación de la exposición laboral de riesgo, estableciendo claramente un flujograma de notificación y reforzar los programas de vacunación anti hepatitis B diseñados para el personal de salud.
CONCLUSIONES
La exposición laboral a sangre y fluidos corporales conlleva un riesgo adicional de adquirir infecciones para el personal de salud, siendo las enfermeras el grupo más expuesto y las punciones con material contaminado los accidentes más frecuentes. La exposición ocurre más frecuentemente durante la realización de un procedimiento con el paciente; sin embargo, en un número importante de casos ocurre por no cumplimiento de las normas de manejo y eliminación de elementos cortopunzantes, situación en que se ven involucrados funcionarios a cargo del aseo hospitalario.
Un grupo que merece especial atención es el de los estudiantes que realizan práctica en el hospital, que debe ser objeto de capacitación especial frente al tema.
La prevención de las infecciones transmitidas por esta vía debe ser objeto de capacitación permanente del equipo de salud y se basa en varios principios, en que destaca el cumplimiento de las precauciones estándares, la inmunización activa frente a hepatitis B y la profilaxis post exposición de riesgo.
RESUMEN
Se revisa la experiencia del hospital de niños Dr. Exequiel González Cortés en el período comprendido entre enero de 1992 y diciembre de 1999, respecto de las exposiciones laborales a sangre y fluidos corporales en el personal de salud.
Estas exposiciones significan para dicho personal un riesgo agregado de adquirir patógenos como virus de la inmunodeficiencia humana y virus de la hepatitis B entre otros, que depende de factores como su prevalencia en la población atendida, su transmisibilidad y el estado inmunológico del funcionario.
En nuestra experiencia el personal más afectado es el grupo de enfermeras y las exposiciones más frecuentes son las punciones con aguja hueca.
El accidente se produce más frecuentemente durante el procedimiento pero, en un número importante de casos, afecta a personal ajeno a éste por mala disposición y eliminación del material cortopunzante.
La prevención de las exposiciones se basa en el cumplimiento de las precauciones estándares y la protección contra transmisión de enfermedades por esta vía en la inmunización activa de los funcionarios y/o la profilaxis post exposición según el patógeno involucrado. Este tema debe constituir objeto de capacitación permanente del personal de salud.
Hospital Dr. Exequiel González Cortés:
1 Laboratorio de Microbiología.
2 Estudiante
de Medicina, Universidad de Chile.
3 Enfermera
Universitaria. Control de Infección Intrahospitalaria.
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Correspondencia a:
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Fono: 56 (2)
460 5375
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